En el artículo se expone una breve sistematización de fundamentos filosóficos, sociológicos,
psicológicos y pedagógicos de la cultura de autoevaluación y se reflexiona sobre la interelacion entre
el proceso de autoevaluacion y el proceso de aseguramiento de la calidad en instituciones de
educación superior. Garantizar la calidad de las instituciones de educación superior y los estudios
superiores constituye una politica educativa esencial para el desarrollo socio-económico de cualquier
nación. Es por ello que el fomento de una cultura de autoevaluación de la calidad deberá sustentarse
en la participación consciente de todos los interesados, asumiendo que es una tarea que exige
determinar pautas de auto-evaluación interna y la posterior evaluación externa, como fuentes
inagotables de conocimiento y transformación de las universidades y de la práctica educativa, en la
medida que se hace una búsqueda de buenas prácticas y las condiciones en que puede mejorar continuamente la institución educativa. Su desarrollo debe ser considerado como una estrategia de
cambio y, en consecuencia, debe estar rigurosamente alineada con el logro de las metas
estratégicas de la organización (institución educativa, área específica, programa académico) y los
procesos que en su interior tienen lugar, así como con la cultura organizacional existente. Además,
no se debe obviar que esta cultura evaluativa es construida por cada actor en lo individual y en lo
colectivo, a través de interpretaciones de situaciones específicas y a través de su comportamiento y
que está influida por el significado y sentido que cada agente participante le da a su acción de
trabajo.
The article presents a brief systematization of the philosophical, sociological, psychological and
pedagogical foundations of the culture of self-assessment and reflects on the interrelation between
the processes of self-assessment and the quality assurance in higher education institutions. The
latter represents an essential educational policy for the socio-economic development of any nation.
Therefore, promoting a self-assessment culture of quality should be based on the conscious
participation of all the parties involved since it is a task that requires both determining internal selfassessment
guidelines and the subsequent external assessment, as inexhaustible sources of either
knowledge or transformations in the universities and the educational practice. In line with this
process, good practices and constant improving conditions of the educational institution must be
pursued. The development of the self-assessment culture must be considered as a change strategy
and, consequently, it must be rigorously aligned with the achievement of the organization´s strategic
goals (educational institution, specific area, academic program) as well as with the organization´s
internal processes and with the existing organizational culture. Furthermore, two facts cannot be
overlooked: self-assessment culture is built by each actor individually and collectively, through interpretations of specific situations and through their behavior and it is influenced by the meaning
and sense that each participating agent attributes to their work action.